El turismo nacional ha impulsado la recuperación de los establecimientos extrahoteleros (apartamentos, campings, casas rurales y albergues) este verano, y ha permitido a estos alojamientos mejorar sus cifras respecto al año pasado y ir acercándose paulatinamente a los datos previos a la crisis sanitaria. Según datos de la Federación Española de Campings (FEEC), sus establecimientos registraron una ocupación media en julio y agosto de un 80% igualando los niveles prepandemia, cifras similares a las que reflejan los establecimientos de la Confederación de Campings del Mediterráneo (integrada por las asociaciones de Girona, Tarragona, Lleida, Castellón, Valencia, Alicante y los Campings de Montaña). Ha sido un verano de implicación máxima y trabajo para todos los equipos de los distintos campings, pero el esfuerzo ha merecido la pena.
Estos buenos resultados han sido gracias al comportamiento del turista nacional que ha suplido con creces la falta de clientes extranjeros. El Instituto Nacional de Estadística (INE) destaca también los excelentes resultados del sector durante el pasado mes de julio tanto en viajeros como en pernoctaciones.
El excelente comportamiento del turismo nacional, que ha convertido el camping -y concretamente los ubicados en el área mediterránea- en uno de los destinos vacacionales predilectos de cientos de miles de familias españolas, ha permitido subsanar en parte la ausencia del cliente europeo. La ocupación de julio, agosto y septiembre, que a falta de cifras oficiales se situará en una media del 80%, permite encarar el otoño “con buenas perspectivas gracias al cliente de proximidad y la esperada llegada del senior europeo si la situación sanitaria no empeora y la climatología acompaña”, señala la presidenta de Campings del Mediterráneo, Ángels Ferré.
Después de muchos meses de pandemia con ocupación bajo mínimos y sin clientes extranjeros, el campista nacional ha mostrado su total confianza en el sector, convirtiéndolo en la opción elegida por millones de familias de todo el país.
“Ha sido una temporada extremadamente difícil, una montaña rusa que ha puesto a prueba la capacidad de nuestras empresas: empezó muy bien con los puentes de Semana Santa y San Juan, pero julio no cumplió las expectativas por el efecto de la quinta ola… Afortunadamente la situación sanitaria nos ha permitido un buen agosto con el cliente nacional, y esperamos ir recuperando el internacional este otoño”, describe Àngels Ferré.
Es cierto que este año la presencia de turistas extranjeros ha sido de apenas un 10%, y se ha concentrado básicamente en establecimientos de la costa mediterránea. De hecho, los campings de Girona empezaron a recibir clientes holandeses a mediados de julio), pero en esa zona de la Costa Brava (según datos de la Confederación de Campings del Meditarráneo) bajo el impulso de establecimientos de primer nivel como La Ballena Alegre o Las Dunas; la Costa Daurada, con referentes como el Sangulí o Playa Mont-roig; y la Costa Blanca, liderada por el grupo Alannia y La Marina Resorts, han vuelto a dar muestras este verano de su fortaleza como destinos de camping, al encabezar los rankings tanto de pernoctaciones como de ocupación. Los campings del interior, de menor tamaño y rodeados de naturaleza, han vivido los últimos meses con ocupaciones de récord ante la fuerte demanda de lugares poco masificados.
Para la presidenta de la FEEC, Ana Beriain, “los datos de este verano suponen un enorme apoyo de millones de familias hacia un sector que lo ha pasado francamente mal durante buena parte de la pandemia. Ahora nos preocupa el bajón que podemos sufrir durante el otoño e invierno, temporada baja para el turista nacional pero alta para el campista extranjero. El sector no puede sobrevivir exclusivamente con 2 meses de trabajo durante el verano por lo que necesitamos ahora recuperar la normalidad con los turistas extranjeros”.