La piscina del camping ha dejado de ser un elemento más en la oferta de servicios del establecimiento a sus clientes, a convertirse en papel fundamental y elemento diferenciador en la elección del destino de camping final, especialmente para las familias con niños, el principal cliente de los campings españoles. Pero, ¿cómo tratarla y desinfectarla?
La temporada que está a punto de empezar verá la inauguración de varias y novedosas instalaciones acuáticas, al aire libra o climatizadas, en campings de distintos puntos de nuestra geografía, y la ampliación de otras zonas de agua ya existentes con toboganes y otros elementos que convierten a la piscina en el espacio central del camping. Una vez instalada, una de las principales preocupaciones del empresario es la desinfección de la misma para garantizar la salubridad de los bañistas, y uno de los métodos que más se están empleando es el de la electrolisis salina.
«Los beneficios del sistema de electrolisis salina son, sobre todo, de salubridad para los bañistas, además de la sensación altamente placentera del baño en el agua con una salinidad alta», cuenta Mariano Gómez, propietario de Campingred Mirador de Cabañeros, en Ciudad Real. «También está el factor de la comodidad en el tratamiento: no hay pastillas, no hay productos químicos agresivos, no hay manipulación, todo es automático. El mantenimiento se reduce al control rutinario del cloro libre para ajustar las horas de trabajo del equipo», dice.
Ventajas del agua salina
«Conocíamos las enormes ventajas de este tipo de tratamiento de desinfección del agua de piscinas por experiencia personal y decidimos instalarlo en la piscina del camping, en la línea de seguir avanzando en ofrecer servicios de calidad, sabiendo que los clientes lo agradecerían mucho, dado la agradable sensación de bienestar que se experimenta al entrar en contacto con el agua salada – el agua salobre es antiséptica y mucho más sana, desde siempre se han usado sobre todo para el tratamiento de enfermedades en ojos, piel y nariz – y lo extraordinariamente suave que se queda la piel después del baño», continúa Mariano.
Y sigue aportando su visión, no sólo como empresario de camping, sino como farmacéutico en activo: «el cuerpo humano está formado por agua salada, siendo la concentración común de sal de 0,9 % del peso por volumen, lo que equivale a 9000 ppm. Cuanto más próxima está la concentración de sal en el agua de la piscina a la concentración de sal en nuestro cuerpo, mayor es el confort que aporta el agua. Además, al tener el agua sal, se reduce la presión osmótica soportada por las células de la piel en un agua no excesivamente salada, evitándose la formación de arrugas. Con este sistema se minimizan los inconvenientes del tratamiento clásico con productos químicos, como el hipoclorito o sincloseno, y se destruyen las cloraminas (cloro combinado) que producen las irritaciones en piel y ojos. Se consigue así una desinfección más eficiente gracias a la acción combinada del cloro y de los otros agentes que se generan durante la electrolisis (oxigeno y ozono), evitando la formación de algas y bacterias y se elimina la incorporación excesiva de ácido isocianúrico, presente en el cloro en polvo y pastillas.
Un sistema seguro y ecológico
El sistema de electrolisis es seguro, ya que evita los riesgos del transporte, manipulación y dosificación del cloro, un compuesto de alta toxicidad. Los sistemas de electrolisis salina no necesitan almacenar, manipular ni dosificar ningún compuesto químico. Esto elimina el ambiente corrosivo típico de las salas de depuradoras. Además, respeta el medio ambiente, conservando el agua durante varios años. El sistema está suficientemente probado, esta tecnología es usada en Australia desde hace 30 años, donde el 95 % de estas piscinas tienen este sistema.