Muy abierta, cariñosa, y abierta a nuevas culturas (aunque a priori parece un tanto tímida), nuestra protagonista de hoy no nació en un camping ni es de origen asturiano, como muchos colegas del sector puedan pensar. La socia fundadora y gestora del agroturismo Amaido (camping rural, casona, restaurante, cultivos agrícolas, granja y pomaradas de manzanos), Yolanda Alzu, nació en Madrid. Sus padres, de orígenes navarros y catalanes residían entonces en Oviedo por motivos familiares, pero cuando se acercaban las fechas del nacimiento de sus hijos, se iban a Madrid, donde vivían los abuelos de Yolanda.
Ella es la mayor de cuatro hermanos y se crió en Oviedo, donde estudió Magisterio en la especialidad de Ciencias Naturales. Su aspecto físico y su atuendo habitual la delatan como amante del deporte. De hecho, mientras vivía en Oviedo pertenecía al grupo de montaña Auseva, con los que se inició en la montaña, la espeleología y la escalada, y con los que sigue manteniendo relación y una salida anual al monte Auseva (aunque últimamente ha cambiado la montaña por el agua, donde disfruta siendo una más en los entrenamientos con su hija en El Club Remeros del Eo en Vegadeo).
-¿Cómo llegaste de Oviedo y del ámbito del magisterio al occidente de Asturias y a un camping?
-Al acabar la carrera, con 21 años recién cumplidos, tuve la oportunidad de presentarme a una prueba, para maestra para la Escuela Taller Sestelo en Castropol en la Comarca Oscos Eo. Y lo que supuso un contrato inicial de seis meses, fue mi destino para acabar en San Tirso de Abres, con una empresa y una familia que cuenta con tres hijos (de 14, 16 y 18 años).
-Es decir, tu entrada en el mundo del camping viene de tu vinculación con esa escuela-taller.
-Sí, aunque el título de campista ya lo tenía. La escuela-taller, entre los módulos que enseñaba, tenía el de agricultura, y una de las labores era intentar que los alumnos se integraran en el mundo laboral. Se había intentado gestionar alguna finca con el ayuntamiento de Castropol, pero a través de la gerencia Osco-Eo y del Plan de Dinamización Rural de la Comarca Osco-Eo, se nos planteó una finca en la localidad de San Tirso de Abres para la explotación de invernaderos y cultivos al aire libre y una granja escuela.
-Y te sumaste al proyecto…
-Claro. De ese proyecto inicial, y teniendo en cuenta mi juventud, las ganas de trabajar y salir hacia adelante, me apunté al proyecto orientando mi experiencia a la Granja Escuela. Al poco tiempo se empezó otro proyecto de granja-escuela en Castropol, con lo que el nuestro se cayó y acabó en un camping, y metida como estaba ya en el proyecto, y como el mundo del camping me gustaba, seguí adelante hasta hoy.
-¿Y cómo ha cambiado Amaido desde ese 1994 hasta ahora?
– Amaido, ha ido evolucionando constantemente por varios motivos: de los siete socios que éramos inicialmente, se fueron marchando paulatinamente varios, hasta que quedamos dos, que se puede decir que fuimos los que levantamos Amaido, y finalmente, en el año 2010, quedamos la familia: Carlos y yo y nuestros tres hijos, que colaboran con nosotros en el día a día.
En un inicio la parte agrícola era el peso de Amaido, y con el tiempo el camping es el motor (tanto de Amaido como de San Tirso de Abres) y la parte agrícola de granja la hemos diversificado, integrándola dentro del proyecto turístico, para nuestro propio consumo, al ecoturismo, donde los clientes pueden interactuar con el medio.
-¿Qué es, para ti, un camping rural?
-Hoy se habla de camping rural, pero en mis inicios esa palabra solo se vinculaba a casas. En Asturias el inicio de casa rural nació como un complemento a una actividad agrícola. Pero con el éxito y las subvenciones se empezaron a crear casas que no coincidían con la idea inicial.
Camping Amaido no era una casa, pero sí tenía la idea inicial con que fue concebida estaba dentro de una explotación agrícola y hacíamos participes a nuestros clientes de reivindicar los valores del campo y conocer cómo las cosas tienen otra dimensión en el medio rural….
Es decir, todo esto que hoy en día se define como ecoturismo, es lo que durante toda nuestra trayectoria hemos estado realizando, por lo que podemos llevar con orgullo la palabra rural no solo por el hecho de estar en un pueblo de 400 habitantes. Por eso, nuestro lema ha sido siempre el de «el camping Amaido es algo diferente, ven a conocerlo» y el que lo ha conocido, siempre ha vuelto…
-¿Y cómo has conseguido hacer visible un camping de interior en una zona, hasta hace bien poco, casi desconocida desde el punto de vista turístico como es la comarca Oscos-Eo?
– No ha sido nada fácil, a base de tesón y mucho trabajo. Y es que, además de lo que ya he contado, me convertí también en oficina de turismo: intento dar toda la información posible (local, de la comarca OscoEo y la Mariña Lucense, descubrir cada año nuevas rutas, lugares mágicos, ferias…). Además, intento aportar un trato personalizado y familiar, unirme a las Asociaciones del Sector y trabajar en unión con los compañeros de la zona, asistir a ferias y eventos donde dar a conocer el proyecto…
-Y todo eso te ha llevado a tener una fidelización con los clientes…
-Sí. Yo hablo de la gran familia de Amaido, que poco a poco hemos ido aumentando generación tras generación. Este año mi gran ilusión ha sido ver cómo niños clientes volvían al camping con sus parejas o amigos para enseñarles Amaido, donde pasaban de críos sus vacaciones y como disfrutaban con la granja. Eso es motivador, y algunos, ya con sus hijos, vuelven a Amaido, a su pueblo, para que experimenten lo que ellos vivieron de niños.
-Eres propietaria, gerente y un poco la “chica para todo” en un camping pequeño pero que exige el mismo servicio al cliente que uno mediano o grande, ¿tus días tienen más de 24 horas?
– Siempre he dicho que soy una todoterreno, que me adapto a todo, pero eso es bueno y malo… no hay término medio. Si me dicen todo que haría cuando decidí quedarme, no me lo creería, creo que saldría corriendo pero, aun así, no me arrepiento. El día no me da para nada, ni en temporada baja ni alta, si el día tuviera más horas ya buscaríamos en qué llenarlas, pero también es cierto que ahora intento poder disfrutar algo más de la vida, aunque sea pequeñas dosis.
-Y es que, además, regentas una casona rural en el mismo espacio, eres miembro de la Junta directiva de los Campings de Asturias, madre de tres hijos y a menudo te vemos también detrás de los fogones o preparando los desayunos de tus huéspedes, creo que ahora te podemos definir como “superwoman”, ¿llevas capa de heroína?
-Ja, ja…. Hay muchas “superwoman “ hoy en día. A nuestra generación nos ha tocado conciliar, vida familiar, vida laboral, vida personal… Pero va en la capacidad de cada una, de las ganas de remar hacia adelante, de trabajar, de establecerte objetivos e intentar superarte cada día con los obstáculos y acontecimientos que se te pongan en el camino.
-¿Es el trato directo con el cliente lo que más te gusta?
-Sí. Es lo que más me gusta y uno de los factores de éxito del camping Amaido, y hoy en día cada vez se está perdiendo en las ciudades. El levantarse por las mañanas, dar los buenos días, que el cliente te cuente su experiencia del día, el poder interactuar con los niños en la granja, darles algo de libertad que hoy en día carecen y verlos jugar, sonreír y marcharse llorando porque quieren quedarse en Amaido… para mi eso es haber conseguido mi objetivo y si, además, cuando estamos en la granja me llaman «maestra» ya es el premio gordo.
-¿Qué significa para ti el Día Internacional de la Mujer?
-Para mí es un día cualquiera, todos los días son el día de la Mujer no deberíamos olvidarlo. No soy partidaria de poner nombres a los días no deberían recodárnoslo, todos los días deberíamos tenerlo presente.
-¿Te has sentido menospreciada o infravalorada alguna vez en este sector por el hecho de ser mujer?
-He venido de una generación en la que chicos y chicas estábamos separados, pero he visto a mis hijos educarse ya desde pequeños en clase mixtas, y las mentalidades de antes a las de ahora han cambiado. No es que me sintiera menospreciada o infravalorada, pero he tenido la sensación de ir a contracorriente, de superar obstáculos y demostrar de que puedes hacerlo.
-¿Y cuál crees que es el mayor reto de ser mujer en estos tiempos?
-Poder tener tiempo para una misma y, si llegas a conseguirlo, que te lo valoren como algo necesario para tu bienestar y realización. Como ya he dicho, nos ha tocado conciliar la vida familiar, laboral y personal.
-Tienes dos hijos y una hija adolescente, ¿qué consejos le darías como “mujer del futuro”?
-Que siempre sea ella misma, con sus ideales, su espacio personal y que sea feliz con sus decisiones.
- Una afición: actualmente montaña, remo, la fotografía (siempre estoy detrás de la cámara) y viajar
- Un lugar para vivir: en contacto con la naturaleza
- Un paisaje: Picos de Europa y el Eo
- Un momento de tu vida: hay muchos personales, familiares, profesionales, deportivos… un cóctel de todos ellos
- Un plato a probar en el restaurante del camping: cualquiera hecho con productos de la huerta
- Una mujer a la que admires: ninguna en especial, admiro a todas que, por su esfuerzo, tenacidad siguen remando hacia adelante, sin mirar atrás en cualquier campo, hay muchas mujeres en el anonimato que son merecedoras de mi admiración.
- Un deseo para este año: sonrisas y volver a una estabilidad