El año pasado llegaron entre los meses de verano casi 30 millones de turistas a España (9,8 millones en julio, 10 millones en agosto y 8,9 millones en septiembre). Unas cifras que este año será imposible volver a replicar ante la paralización del sector durante los tres últimos meses y las restricciones de seguridad derivadas de la pandemia del coronavirus. La esperanza del sector pasa por alargar la temporada hasta otoño para, así, tratar de salvar el año en el turismo.
Tras los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero, cuando menos turistas llegan a España, en marzo se suele iniciar el repunte hacia julio y agosto, meses «top», pero este año, con un inicio de temporada a cero, la esperanza y la recuperación paulatina pasa por los meses de julio, agosto y septiembre. Desde el Gobierno, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, considera en que tras la apertura de fronteras, «en las próximas semanas y meses iremos recuperando la actividad». Y asegura que «los datos que tenemos nos permiten ser ciertamente optimistas dentro de lo que será una temporada distinta porque tenemos que convivir con la pandemia».
Aún así, y aunque la temporada en los campings no se aventura tan mala como se pensaba hace solo unas semanas, falta por ver cómo reacciona el consumidor, ya que el 40% de los turistas españoles que el año pasado viajaron en verano no tiene previsto hacerlo este año, según la encuesta de temporada de Observatur, elaborada por un conjunto de empresas del sector. Además, cae el gasto: el viajero nacional tiene previsto gastar 595 euros por persona, frente a los 714 euros y 719 euros de los pasados veranos.
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