Hace cuatro años el restaurante del camping Altomira pasó de estar franquiciado a optar por la gestión propia, hablamos con su Gerente, Adolfo Aucejo Rosalen, para que nos explique los motivos de y ventajas de esta decisión.
¿Qué os llevó a tomar esa decisión?
Queríamos tener un único interlocutor entre el establecimiento y nuestro cliente. Pensamos que ha sido un acierto para poder cerrar negocio con los grupos que nos visitan y se alojan con nosotros. Además, esto nos permite ofrecer al cliente una maravillosa experiencia gastronómica en sus vacaciones y poderles ofrecer productos de kilómetro cero con las máximas garantías de calidad.
¿Cuál ha sido el reto más difícil al que os habéis enfrentado desde el cambio de gestión?
El de formar los equipos de trabajo, hoy día es muy complicado mantener los equipos y que estén motivados para desarrollar sus tareas diarias. Todo pasa por tener una comunicación muy diaria con ellos y darles una formación continua tanto al personal de sala como al de cocina para que estén alineados con la empresa.
¿Es difícil la logística con los proveedores?
Lo más importante es montar los circuitos necesarios para que los proveedores no te produzcan una rotura de stock y semanalmente realizar los pedidos y ser muy disciplinados a la hora de recibir los pedidos, hay que revisar que estén correctos tanto las unidades como los kilos que nos marcan los albaranes de compra.
¿Qué tipo de cliente va al restaurante?
Después de la pandemia estamos viviendo una tipología de clientes nuevos que se están incorporando al camping buscando naturaleza y aire libre, son clientes que vienen de hacer turismo en otras tipologías de alojamiento y esperan recibir una oferta variada y adecuada a sus exigencias. También tenemos muchos clientes de fuera del camping, mismo el 80% de personas que vienen al restaurante no está alojada.