La ocupación de los campings catalanes ha sido buena durante todo el verano. A falta de los datos oficiales, según apuntan desde las diferentes asociaciones: en Girona en julio han tenido una ocupación entorno al 75%, y en agosto entre un 85% y un 90%; en Tarragona los datos son parecidos con cifras superiores al 90% y con picos del 95% tanto en parcela como en bungalow; y en la Costa de Barcelona han presentado niveles de ocupación nunca antes registrados del 95%.
Vuelve el cliente internacional
Pero, sin duda, la noticia de este verano es que el cliente internacional ha vuelto a los campings catalanes. Según explica Miquel Gotanegra, Presidente de la Federación Catalana de Campings y de la Asociación de Campings de Girona, » a los campings de Girona han vuelto de nuevo los alemanes, los holandeses, los belgas y los franceses, el único cliente que ha fallado es el inglés y esperamos poder recuperarlo pronto».
Los campings de Tarragona también han recuperado parte del turismo internacional que habían perdido durante la pandemia, sobre todo los franceses, holandeses, belgas y alemanes. Además, según datos que manejan desde de la Asociación de Campings de la Costa Daurada i Terres de l’Ebre han notado un aumento del turismo suizo, sobre todo en los alojamientos próximos a Tarragona ciudad.
Los campings catalanes ganan adeptos
Esta temporada se confirma una tendencia que se venía apreciando en los dos últimos años, la fidelización de los clientes catalanes, muchos de los cuales han conocido por primera vez el camping durante el tiempo de pandemia y han quedado entusiasmados con la oferta y las posibilidades que ofrece este tipo de alojamiento.
Según explican desde la Asociación de Campings de la Costa Daurada i Terres de l’Ebre en los campings de Delta del Ebro han notado notablemente la fidelización del campista nacional, y es que «este destino ha sido uno de los más escogidos en Cataluña, y ha hecho que los campings deltaicos tuvieran ocupaciones altas. En cuanto al interior, tanto de la Costa Dorada como de las Tierras del Ebro, también ha sido una temporada buena. «Lo que ocurre en el interior, al contrario que en las zonas de costa, es que el principal tipo de cliente ha sido el de proximidad, a pesar de que el turismo internacional también ha vuelto a algunas zonas del interior de la provincia», apuntan desde la Asociación.