El móvil es un elemento indispensable para los turistas. Por eso, también debe ser un factor clave que los campings tengan en cuenta de cara a potenciar sus estrategias de marketing. Del mismo modo, es un aliado estupendo para impulsar el contacto directo con el cliente y la personalización de su experiencia. Para ello, lo primero es tener claras cuáles son las tendencias fundamentales a la hora de utilizar el smartphone durante las vacaciones.
Un estudio realizado por Passport-Photo.Online ofrece algunos datos muy interesantes. De entrada, porque indica que la influencia de las redes sociales es fundamental. Ya hemos hablado en otras ocasiones de cómo las decisiones de los viajeros están afectadas por influencers, amigos y familiares. Ahora queda claro que la envidia es un motor clave del turismo, ya que el 46% de los encuestados reconoce que busca precisamente dar celos a sus seguidores con su experiencia de viaje.
Es más, el 89% utilizó las redes sociales durante la escapada. Y no durante poco tiempo, pues el 31% está una media de una o dos horas y el 20% entre dos y tres horas. Además, hay un 3% que afirma que de media pasa conectado entre 3 y 4 horas. Como consecuencia, el 58% reconoce que este uso tan frecuente ha afectado negativamente a sus vacaciones. Otro detalle fundamental es que el 40% de los millennials eligen los destinos de vacaciones en función de lo instagramables que serán las fotos, de acuerdo con el reciente estudio de Schofields.
Adicción al teléfono móvil
En base a lo que acabamos de comentar, no resulta sorprendente comprobar que los viajeros podrían estar adictos al móvil. Sobre todo, porque el 71% echa un vistazo a la pantalla entre 2 y 5 veces por hora. En el caso de las vacaciones, un 27% afirma que solo puede estar entre una y dos horas sin consultar su teléfono. Mientras, solo hay un 6% que confíe en poder pasar más de 6 horas despegado de su influjo. A partir de ahí, resulta que la mayoría de las personas miran entre 32 y 80 veces al día la pantalla. Esto nos ofrece dos conclusiones interesantes.
La primera, que el 75% considera el móvil su accesorio número uno cuando se va de viaje. La segunda, que hay un 58% de viajeros que se arrepiente de haber utilizado tanto el dispositivo durante sus escapadas. Más allá de las contradicciones, es evidente que es una tendencia. En especial, entre los grupos demográficos más jóvenes, pues el 99% de los menores de 25 años emplean su móvil. Después, el 97% de los millennials (26-38), el 98% de la generación X (39-54) y el 93% de los Baby Boomers (55 años o más). Vamos, que tampoco hay diferencias muy destacadas según las edades.
A la hora de utilizarlo en el proceso de viaje, no queda duda de que ya es una herramienta muy importante. Por ello, el 84% de los encuestados asegura que se siente cómodo investigando, realizando reservas y planificando sus vacaciones en general solo a través del smartphone. Esto supone un crecimiento del 36% en comparación con 2018. De ahí que los hoteles deban adaptar su página web a este formato e impulsar la comunicación a través de esta vía.
Imposibilidad de desconectar
La cultura del sufrimiento es un concepto que no deja de debatirse en todos los ámbitos. En este terreno, la relación entre viajeros y su teléfono móvil vuelve a ser importante. En especial, porque muchas personas acaban atendiendo tareas de trabajo o correos electrónicos en su tiempo de ocio. Hasta 7 de cada 10 encuestados (68%) respondieron que han utilizado sus dispositivos para fines relacionados con el trabajo durante sus vacaciones más recientes.
Dicha práctica es todavía más habitual en las generaciones jóvenes, ya que el 78% de los Z ha respondido afirmativamente a esta última pregunta. Mientras, apenas el 48% de los Baby Boomers emplea su smartphone para trabajar durante las vacaciones. A su vez, aproximadamente el 62% de los viajeros está de acuerdo o muy de acuerdo en que esto les impide relajarse y recargar las pilas. Incluso 6 de cada 10 encuestados afirman que el uso de un teléfono móvil por motivos de trabajo les hizo cambiar su programa de vacaciones.
Pero los empleados no son los únicos culpables de trabajar en su tiempo libre. Cuando preguntamos a los encuestados si sus jefes esperan que se mantengan conectados mientras están fuera, hasta un 60% dijo «Sí». Además, más de la mitad de los trabajadores (55%) se sienten presionados para responder a los correos electrónicos o mensajes del trabajo durante su descanso, incluso si el empleador no lo exige. Como consecuencia, el 66% asegura que hubieran deseado no estar localizables desde el trabajo durante sus últimas vacaciones.
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