Tiene 50 años y ha dedicado toda su vida laboral al turismo. Aunque no nació en el camping, ya que sus padres se iniciaron en el negocio cuando ella era ya adolescente, se diplomó en Turismo y al terminar hizo prácticas en un hotel, en una agencia de viajes y trabajó de azafata en ferias de turismo. Hablamos de Isabel María Moreno Merino, gerente de Campingred Río Jerte y recientemente nombrada Presidenta del Consejo de Administración de Q10 gestión. Es la segunda de nuestras entrevistadas en esta semana de la Mujer 2022.
Esta extremeña nacida en Mérida, donde pasó su infancia, es una amante de los viajes, del deporte, de escuchar música y de pasar el tiempo con sus amigas y su familia (tiene dos hijos de 8 y 16 años), y apuesta por la unión, el respeto, el compromiso, el esfuerzo y la constancia (valores todos que enseña el deporte) para afrontar cada jornada.
– Eres la segunda generación de una familia de empresarios de camping, de hecho, tu padre, José Luis, fue conocido en el sector por ser presidente de la Asociación de Campings de Extremadura durante varios años, ¿en qué año abrió el negocio? ¿era un visionario del turismo en la zona?
-Exacto. La empresa la crearon mis padres en 1986. Ellos se dedicaban a la enseñanza y vivían en Mérida, y su idea fue la de dar a conocer su tierra (el Valle del Jerte), una zona donde en esa época no había ninguna infraestructura turística. Es decir, una propuesta, si cabe, más complicado los inicios.
Como dices, mi padre, fue uno de los fundadores y Presidente de la Asociación de Empresarios de Campings de Extremadura hasta que se jubiló, y una de las cosas que aprendí de él es que solo se llega rápido a los sitios, pero acompañado se llega más lejos. Por eso, yo no concibo llevar el camping sin estar asociado o vinculado de alguna manera al sector, porque de todo se aprende y es en donde te puedes apoyar.
– ¿Cuándo decidiste que querías hacerte cargo, del negocio?
– Soy la mediana de tres hermanos, y de los tres estudié turismo por decisión propia, aquí mis padres no influyeron para nada. Yo tenía claro que quería seguir con el negocio familiar, y cuando se jubiló mi padre, mi marido Victor y yo cogimos las riendas de la empresa sin más.
– Estudiaste en Salamanca y terminaste la carrera en Francia y Gran Bretaña, ¿tuviste siempre claro que querías volver a la vida rural?
Volver a un pueblo y a la vida rural fue un cambio, sí, pero como yo había elegido estudiar turismo y trabajar en el camping, para mí no fue ningún sacrificio. Adapté mi vida al trabajo.
– De no haberte dedicado al camping, ¿qué otra profesión hubieses elegido?
-La verdad es que no lo sé…
– ¿A qué sabía tu niñez? ¿qué recuerdos tienes de la infancia en Mérida y en el pueblo?
– Realmente mi infancia fue bonita. Yo venía a Navaconcejo a veranear hasta los 14 años, que eran los que yo tenía cuando inauguramos el camping. El pueblo pasó de ser mi lugar de vacaciones a ser el sitio donde venía a echar una mano en vacaciones. Los inicios en el camping fueron muy bonitos, eran pocos clientes los que venían. Parecía más bien una familia, tenía hasta mi propia pandilla de amigos de verano, o sea un «Verano azul» (VERANO AZUL). Me divertía y a la vez ayudaba.
-¿Y en qué se diferencia con la infancia de tus hijos?
La infancia de mis hijos también sabe a «Verano Azul». Para ellos, dejarlos sin verano en el camping es un disgusto. ¡Y es que el camping es una escuela de vida!
– Crees que un gerente de camping ¿nace o se hace?
-Un gerente tiene que nacer y hacerse, porque la vida en el camping no es fácil, es muy sacrificada. Pero con el tiempo, vas sabiendo que te gusta y, al final, te atrapa. Además, claro, hay que ponerle pasión a lo que haces. Hay una frase que dice «querer es hacer», pues sin pasión o sin querer no haces nada. Y «hacerse» es importante, hoy en día hay que estar formado y formarse.
– ¿Cuál ha sido la decisión más difícil que has tenido que tomar en tu puesto?
La pandemia ha golpeado a este sector fuertemente y han sido momentos malos. Tomar decisiones de tener que decir ¿nos mantenemos cerrados o abrimos? cuando estaban las restricciones de movilidad de una provincia a otra y entre comunidades. O te iban cambiando las normas de un día para otro y tener que mandar a la gente al ERTE… eso supone una gran tensión.
Yo, con mi padre, vi otras crisis, pero ninguna como esta. Por eso, el tiempo del confinamiento me ayudó a reflexionar sobre toda esta situación y a plantearme la vida desde otra óptica, a cuidarme, a priorizar, a darle sentido, a tener calma y la verdad es que me ha ayudado a afrontar esta temporada pasada con tranquilidad y e ir dando respuesta a todo lo que iba surgiendo en el día a día.
– Como hemos dicho, compartes tu vida laboral en el camping con tu marido, ¿sois capaces de desconectar del negocio en una cena familiar o de pareja?
-Sí, comparto mi vida personal y laboral con la misma persona, ja jajá. que es mi marido, ¡vamos a todo juntos! Con el tiempo hemos aprendido a desconectar y a disfrutar juntos como pareja, en familia y de manera individual también, porque le hemos dado la importancia al cuidado personal.
– ¿Qué significa para ti el Día Internacional de la Mujer? ¿crees que es necesario reivindicar y seguir celebrando un día así?
– Creo que la mujer se merece ser homenajeada todos los días. He estado y estoy rodeada de mujeres, grandes trabajadoras, que para mí ,son dignas de admiración y respeto.
– ¿Y cuál crees que es el mayor reto de ser mujer en estos tiempos?
-Vamos dando pasitos cortos, pero los vamos dando, el reto es ir aceptándolos y no desvanecer.
- Una mujer en tu vida, un referente: mi madre.
- Un lugar de vacaciones: no tengo un sitio definido, pero sería un lugar donde disfrutar con mi familia y amigos.
- Una afición: el deporte en general.
- Un momento de tu vida: el nacimiento de mis dos hijos
- Tu plato preferido: la paella
- Un perfume: cualquier perfume francés.
- Un deseo para este año: que no todas las lágrimas sean de tristeza y que disfrutemos de esos momentos que te da la vida. Un compartir, un detalle, un gesto.
Image Credits: Isabel Moreno