La Comisión Europea tiene previsto aprobar este miércoles el nuevo certificado europeo de vacunación, que se expedirá de forma gratuita; contará con un código de barras “que permita la verificación de la autenticidad, validez e integridad del certificado”, según el proyecto de la Comisión (tanto en formato digital como en papel). Además, el certificado deberá recoger los datos esenciales de la persona vacunada y del producto utilizado, y toda la información deberá aparecer en las lenguas oficiales del país de expedición y en inglés.
Está previsto que el certificado se pueda utilizar para permitir la entrada a un territorio a las personas a las que se les haya administrado alguna de las vacunas autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que hasta ahora son los de BioNTech/Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen, y se expedirá también a las personas inoculadas con vacunas autorizadas a nivel nacional como han sido la rusa Sputnik V y la china Sinopharm en Hungría o Eslovaquia, y para las aceptadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, los derechos de paso que conferirá cada vacuna no serán los mismos. Así, en el caso de las autorizadas por la EMA, todos los países que la reconozcan como salvoconducto para la libre circulación de sus ciudadanos deberán conceder el mismo derecho a los ciudadanos de otros Estados miembros vacunados con alguno de los cuatro fármacos autorizados por la autoridad europea. Los países que permitan la libertad de movimiento tras la primera dosis de las vacunas que necesitan dos (todas menos la de Janssen) deberán conceder esa misma libertad a los ciudadanos de otros Estados miembros que también hayan recibido la primera de las dos inyecciones.
En cambio, en el caso de las vacunas autorizadas a nivel nacional, ese reconocimiento será facultativo de cada país miembro.
¿Una medida adecuada o discriminatoria?
El tema del pasaporte sanitario ha generado debates desde su planteamiento, y aún continúan las opiniones encontradas. Expertos sanitarios y en Derecho consideran que es “prematuro”, pero los economistas no ven otra salida para “reflotar” el turismo tras un año en blanco.
Por su parte, la OMS clama por la equidad entre países ante la vacunación para que no exista discriminación en los derechos de los ciudadanos, lo que podría traducirse en la libertad de movimiento. “En estos momentos es un error porque no existe un libre acceso a la vacunación”, asegura Oriol Yuguero, profesor colaborador de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), mientras que la profesora colaboradora de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC Fabiola Leyton cree que se trata de una “medida prematura” ante la falta de igualdad en el acceso a la inmunización.
En cambio, Pablo Díaz, profesor experto en Turismo de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, piensa que es “adecuado” para poder “dar oxígeno” al turismo y a todos los sectores relacionados, y apunta que serían las personas mayores las primeras en viajar tras ser la población “más castigada” por la pandemia.
Desde el sector científico advierten del riesgo sanitario porque aún faltan, dicen, datos por comprobar con respecto a la vacunación. “No sabemos el papel que tendrá en la posible transmisión de la enfermedad”, destaca Yuguero, a lo que Leyton añade que tampoco se conoce con exactitud “cuánto dura la inmunización”.
Según esta última, el documento podría ofrecer “una falsa sensación de seguridad” al portador. Ambos opinan que es una medida discriminatoria. “Genera ciudadanos de primera y segunda”, declara el experto sanitario. Díaz es consciente, dice, de este posible efecto y de que existe una “incertidumbre” con respecto a los plazos de protección de la vacuna, pero considera que, si la movilidad se lleva a cabo de “forma adecuada, con las suficientes restricciones de reunión y movilidad local de los destinos a los que se desplacen”, no tienen por qué existir repuntes de contagios con la apertura mínima del turismo.
Y, al contrario, plantea la ventaja de poder “dar oxígeno” a un sector “en cuidados intensivos” y con un gran peso en la economía española. “Es una medida claramente económica, destinada a salvar en la medida de lo posible al sector, y social, por el derecho a viajar o desplazarse”, comenta. Y no solo eso, sino que el docente de la UOC valora que sería un “acto compensatorio a los turistas de mayor edad”, ya que son los que estarán vacunados antes y podrían moverse. “Es justo favorecer el turismo de las personas de mayor edad, que tanto han sufrido el confinamiento”, propone.
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